Funciones de los ácidos grasos.
Son la forma más sencilla de lípido (grasas) presentes en el organismo y una fuente importante de energía.
Son los núcleos de las grasas y le dan las características físicas y biológicas. Pueden ser saturados o insaturados y pueden estar formados por una estructura química de cadena larga o corta. También son un componente importante de las membranas de las células donde contribuyen a la fluidez y el funcionamiento correcto de las membranas. Aquellos de cadena larga, altamente insaturados tales como el DHA, EPA, y ARA son precursores de los eicosanoides que influyen en muchas funciones del cuerpo.
Contenidos
Beneficios ácidos grasos:
Papel biológico de los ácidos grasos.
Función energética:
Los ácidos grasos son moléculas muy energéticas y necesarias en todos los procesos celulares en presencia de oxígeno, ya que por su contenido en hidrógenos pueden oxidarse en mayor medida que los glúcidos u otros compuestos orgánicos que no están reducidos.
Cuando es demasiado bajo el nivel de insulina o no hay suficiente glucosa disponible para utilizar como energía en los procesos celulares, el organismo quema ácidos grasos para ese fin y origina entonces cuerpos cetónicos, productos de desecho que causan una elevación excesiva del nivel de ácido en la sangre, lo que podría conducir a la cetoacidosis, un problema importante y muchas veces ignorado o pospuesto hasta otra vez. Los síntomas de esta enfermedad van desde la presencia de un aroma a quitaesmalte en el aliento, hasta la aparición de pequeñas manchas de color amarillento (o verduzco) sobre la piel, y la ligera acidificación del semen, que conlleva un cierto dolor al eyacular.
Ácidos grasos esenciales.
Son ácidos grasos que el cuerpo no puede sintetizar pero que necesita para el correcto funcionamiento del metabolismo. Incluye el ácido linolenico (LA) y el alfa-linolenico (ALA). La deficiencia de este tipo de ácidos grasos, casos no comunes, puede conducir a ciertas enfermedades de la piel y a debitar la función neurologica.
El DHA y el EPA son considerados por algunos como acidos grasos esenciales y pueden ser producidos por el cuerpo en base a el LA y el LNA pero a un nivel muy bajo e insuficiente.
Ácidos grasos saturados.
Los acidos grasos que dentro de su estructura molecular no cuentan con enlace insaturado. Se encuentran en grasas, particularmente de origen animal. Consumidas en exceso son altamente peligrosas para la salud ya que contribuyen a tener niveles altos de colesterol en la sangre y de atherosclerosis.
Ácidos grasos insaturados.
Los ácidos grasos insaturados se caracterizan por poseer dobles enlaces es su configuración molecular. Éstas son fácilmente identificables, ya que estos dobles enlaces hacen que su punto de fusión sea menor que en el resto de las grasas. Se presentan ante nosotros como líquidos, como aquellos que llamamos aceites.
Este tipo de alimentos disminuyen el colesterol en sangre y también son llamados ácidos grasos esenciales. Los animales no somos capaces de sintetizarlos, pero los necesitamos para desarrollar ciertas funciones fisiológicas, por lo que debemos aportarlos en la dieta.
La mejor forma y la más sencilla para poder enriquecer nuestra dieta con estos alimentos, es aumentar su ingestión, es decir, aumentar su proporción respecto los alimentos que consumimos de forma habitual.
Ácidos grasos poliinsaturados.
Los ácidos grasos poliinsaturados reducen los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre disminuyendo a su vez el riesgo de trombos y coágulos.
Disminuyen la viscosidad de la sangre, pero hay que aclarar que no destruyen el colesterol, sino que simplemente lo reduce.
Este ácido posee dos o más pares de átomos de carbono insaturados y cuenta con el beneficio de disminuir el colesterol total y la concentración de colesterol malo LDL.
El problema que presentan este tipo de grasas es oxidación, de manera que pueden formar radicales libres que son nocivos para la salud.
Aunque el organismo puede evitarlo con sustancias antioxidantes, no es prudente abusar de las grasas poliinsaturadas. Por esta razón, se recomienda que su consumo sea de 3 a 7% del total de la grasa, sin sobrepasar nunca el 10%.
El ácido graso poliinsaturado más frecuente es el ácido linoleico presente en altas proporciones en el aceite de girasol y en el de uva.
Los ácidos grasos polisaturados los encontramos en los siguientes alimentos:
Leche omega-3 u oleico
Huevos
Aceites de semillas de girasol, maíz y soja
Margarinas vegetales
Frutos secos tales como nueces y almendras
Aceite de hígado de bacalao
Pescado azul
Ácidos grasos monoinsaturados
Los ácidos monoinsaturados aumentan, el popularmente llamado, ¿colesterol bueno? y reducen el ?colesterol malo?. Desatascan los vasos sanguíneos y evitan que el LDL (colesterol malo) se pegue en las arterias.
Los dos átomos que carbono que lo forman y que están situados de forma continua están unidos a su vez a un solo átomo de hidrógeno.
Según los ditetistas y nutricionistas, el consumo de este tipo de grasas debe representar entre el 13 y el 23 % de las grasas ingeridas.
El mejor ejemplo de esta familia es el ácido oleico, que se encuentra principalmente en el aceite de oliva. Esto lo convierte en el aceite más adecuado para las frituras porque es el más resistente a la descomposición química que provocan las altas temperaturas y porque a su vez es el menos absorbido por los alimentos que se fríen en él.
Esto se traduce en una mayor protección del sistema cardiovascular.
Lo encontramos en los siguientes alimentos:
Aceite de oliva
Aguacate
Olivas
Ácidos grasos trans.
A diferencia de otras grasas, la mayoría de los ácidos grasos trans se forman cuando aceites líquidos se convierten en grasas sólidas como en la elaboración de frituras. Sin embargo, hay pequeñas cantidades de ácidos grasos trans de manera natural en algunos alimentos, especialmente de origen animal. Esencialmente, los ácidos grasos trans aparecen cuando se agrega hidrógeno a los aceites vegetales, proceso llamado hidrogenación. La hidrogenación retarda la caducidad y mantiene estable el sabor de los alimentos que contienen estas grasas.
Los ácidos grasos trans, como las grasas saturadas y el colesterol dietético elevan el colesterol LDL (colesterol “malo) que incrementa el riesgo de CHD. Los norteamericanos en promedio consumen 4 a 5 veces más grasas saturadas que ácidos grasos trans en su dieta de ello es debido el aumento de la obesidad llevan a graves problemas para la salud.
Pese a que las grasas saturadas son el principal responsable de elevar el LDL dentro de la dieta, son las grasas mas perjudiciales para nuestra salud debemos evitar el consumo de estas grasas tan nocivas para la salud.
Donde se encuentran los ácidos grasos trans.
Los ácidos grasos trans se encuentran normalmente en alimentos procesados con aceites vegetales parcialmente hidrogenados, como manteca vegetal, algunas margarinas, (especialmente las de consistencia más sólida), galletas saladas, caramelos, tentempiés, alimentos fritos y horneados.
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